Este libro podría haberse llamado fácilmente El robo de la historia. Ni siquiera ser testigo –uno mismo- de los hechos es garantía de que permanezcan ininmutables. En el curso de averiguaciones recientes, comprendí que las palabras de Greil Marcus me eran citadas tan continuamente como las de los sujetos de sus ensayos. Pero una vez […]