«A las diez de la mañana del 18 de enero de 1945 salí por la puerta del edificio situado en el número 49 de la Pozsonyi út. Había dos soldados soviéticos en la acera, un poco sucios y con las parcas hechas jirones, exhaustos, pestañeaban en un gesto que denotaba más indiferencia que amabilidad. La […]