Aquel martes del mes de julio cambió la existencia de varias personas para siempre: por ejemplo, la de Henry Lindgren, el revisor del convoy que cubría el trayecto Göteborg-Estocolmo, la de Sara Sebastiansson, que cometió el error de apearse en la estación de Flemingsberg para realizar la llamada telefónica más inoportuna de su vida, pero […]